Cogí el paraguas, las llaves, el móvil y mi mochila, salí de casa-.
Corrí por las húmedas calles de la ciudad, saltando por los charcos y esquivando a los coches, al fín llegué a la dichosa biblioteca.
Entro, y me dirijo al mostrador.
-Perdone, la sala de estudio?
-Todo recto y a mano izquierda.
-Muchas gracias. Sonreí.-
Mientras me dirigía a aquella sala, observé a un chico, bastante guapo, por cierto.
Entré, me senté en una mesa, dejé la mochila, y saqué los libros.
-Maldita historia, pero si esto ya pasó, suspenderé, seguro. Dije en voz baja-.
Aquel chico, que entró en mi misma sala, me escuchó, se acercó a mí y me dijo:
-Puedo ayudarte? Soy bastante bueno en historia.
-Bueno, si no suspendo, si. Sonreí-.
Entre risas, y susurros, acabó de exlicarme varias cosas.
-Espero a verte ayudado, pero, tengo que irme, llego tarde a casa.
-Pues sí, y mucho, ah, gracias.
-Se me olvidaba, me llamo Ryan, toma mí número.
-Muchas gracias, yo me llamo Candela, pero me llaman Candy. Sonrío.-
-Bueno, me voy que llego tarde, encantada de a verte conocido.
Mas de 2 horas estudiando, dios, como se pasa el tiempo. Miré la hora.-
Dios, eran las ocho de la tarde, y pronto tenía que estar en casa.
Metí los libros en la mochila, cogí la mochila y salí coriendo, sin mirar por delante, tenía mucha prisa.
Por fín, llegué a casa, menudo speed.
Entré en casa, dejé las cosas en la mesa y fuí a la nevera a beber agua.
Que fresca, dios que gusto. reí-.
Vi una nota en la encimera, y fui a cogerla, en ella ponía:
''Candy, me han llamado y tengo que hacer turno de noche en el hospital, llegaré sobre la una del medio día.''
Tomaaaaa, fiesta. grité-.
Encima papá está en el extranjero.
Me puse el pijama, me hice la cena y cogí el móvil para ver si tenía algún WhatssApp, cuándo recordé a aquel chico, que me dío su número, Ryan.
Lo agregé, y le mandé un mensaje, pero, no me contestó.
Tocaron al timbre.
Pero si yo no he invitado a nadie, quien será?
Fuí a abrir la puerta, era...
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